viernes, 17 de julio de 2009

Javiera y Los Imposibles: "La Suerte" (1998)


Tengo la extraña capacidad de recordar aquellos detalles intrascendentes que todo el mundo olvida. Especialmente, recuerdo con claridad frases comprometedoras o para el bronce que la gente pueda decir. Y entre esas frases para el bronce, recuerdo con lujo y detalle cuando Javiera Parra, más conocida como "la novia del rock chileno", dijo para una revista de espectáculos el año '98: "no me interesa la gente del espectáculo ni los weones de generación 2000 (sí, los mismos que bailaban doblando canciones en el programa Venga Conmigo, del Pollo Fuentes). Lo único que me interesa es que mis discos se vendan a toda raja".

La pobre Javita debe haberse mordido la lengua hasta sangrar al ver que, contrario a sus planes, el segundo álbum que por ese entonces lanzó con su agrupación, "La Suerte" (1998), tuvo un éxito comercial discreto comparado con el arrollador "Corte en Trámite" (1995). Sin embargo, el disco la rompió en otro aspecto, ciertamente más importante: el creativo. Después de ganar muchos fans con canciones como Te amo tanto, Autopsia, Humedad y el recordado cover del tema Compromiso, de Cecilia, Javiera optó por no dormirse en los laureles. Armó un elenco estable de músicos para los futuros proyectos e hizo las maletas con rumbo a Inglaterra. La misión: dar a luz al sucesor de "Corte en Trámite", y consolidar el espacio ganado en la industria de la música nacional.

Nunca presté al disco más atención que la de escuchar los singles en la radio o ver los videos. Por esos tiempos, Alacrán y Proberbios la rompían, transformándose automáticamente en neoclásicos del rock chileno. Hasta que un día fui a la Feria del Disco (después del colegio obviamente...era demasiado ñoño para haber hecho la cimarra) y me encontré con la sorpresa de que el disco estaba en oferta: el cassette costaba $990, y el CD tan sólo $ 2500. Miré mi billetera y como andaba pato, reuní todas las chauchas que tenía para llevarme el cassette.

Llegué a mi casa, apreté PLAY y la sorpresa fue mayúscula al encontrarme con una colección de canciones memorables, un sonido impecable, cuidados arreglos y , lo mejor de todo, hipnotizantes atmósferas sónicas. "La Suerte" me dejó atrapado en mi walkman por un buen tiempo, acompañándome al colegio, en la micro y en los innumerables paseos al campo.

¿Qué es lo que convierte a este álbum en algo tan especial? La respuesta está en las canciones. Si bien el comienzo es impecable con Alacrán (mención honrosa para el videoclip), la melancólica De vuelta sirve para dejar en claro que éste no es un "Corte en Trámite II". Me río a mares me recuerda mucho a la ironía y metáforas presentes en la placa debut, mientras que Tango refleja el resultado de un excelente y arriesgado trabajo de producción. Si Ud. aún no está convencido de que estamos escuchando un disco de Javiera y Los Imposibles, ahí está Proberbios para recordarnos que la esencia de la banda sigue intacta.

Otra cosa notable es el orden de las canciones: más que una secuencia forzada, los temas se suceden unos a otros en forma natural, teniendo como resultado un conjunto armónico que nunca pierde cohesión ni sentido. Dulce Veneno, Valencias y Amargo permiten que nuestro viaje sonoro continúe... entre lo dulce y lo amargo. La Suerte, que suerte de perros que tú la pateas... me hace recordar que la vida es como una montaña rusa, llena de ascensos y caídas bruscas. Vampira es uno de los cortes más rockeros, con el gran Cristián López regalándonos un furioso y pegadizo riff. Tanaca es algo así como una parodia de la mala suerte: letras fatalistas en medio de melodías pegajosas, casi bailables. Y para finalizar, Salvavidas (depresiva a más no poder), seguida por el bonus Feliz traición.

Javiera: se te echa de menos en compañía de tus cuates Los Imposibles. Quizá te sientas desconfiada como alacrán ante la opción de lanzarte a otra aventura discográfica. Fuego a discreción te indica el buen juicio. Pero no preguntaré otra vez: a mil palabras necias, oídos sordos. Que me trague la tierra, eso quisiera, antes de morir sin escucharos en vivo de nuevo. Quizá no comeré perdices, ni seremos felices, pero no pierdo la fe, porque sé que nunca es tarde para regresar...


1 comentario:

iñaki dijo...

Jodé Pablito ! años después te animaste a escribir!! qué bien! viste a los Faith no more... yo los vi también cuando el real thing... hace ya pfffff creo que unos 15 años! creo que teloneaban a Deff Lephard...
Llego a Perú en 10 días a trabajar con mi ONG, pero esta vez no puedo visitarles... el avión va vía Caracas...
Espero que estes bien, suerte con tu tesis (a mí me queda un año y me gradúo!), da un abrazo fuerte a Eve y a toda la familia-amigos...cuídate!