jueves, 1 de marzo de 2012

La terrible canción Nº 1


"Cómo un payado desnuda a su esposa en la carpa
todos se han ido el circo acabó la función
me llueve sangre de cristo en la cara
quiero ponerme a gritar
me besa muerto la novia me abraza
flor de un amor funeral"

Late, llueve. Santiago, julio de 2011. Latía y llovía por esos días en las calles de la ciudad. Mi ciudad. No sabía cómo resultaría la aventura de volar por mí mismo. No tenía idea de cómo sería Boulder. Pero poco me importaba. Ahí estaba, viviendo mis últimas noches en aquella ciudad mágica como si el mundo se fuese a acabar. Noches de cueca y cumbia en el galpón Víctor Jara, noches de salsa en Bellavista, noches de música popular con Banda Conmoción, Chinoy y Chico Trujillo. Noches con la gente que me quería y a quienes quería. Mis últimas noches.

Recuerdo el cielo gris y aquella humedad de los días lluviosos como si fuese ayer. Mi Santiago querido. Tantas veces he maldicho el destino de haber nacido y crecido en tus calles, y mira cuán profunda es mi nostalgia en esta gélida noche.

Camino hacia Las Rejas con Alameda. Me pongo mis audífonos y el tiempo se paraliza. Los recuerdos me invaden, pero sé que debo ser fuerte y seguir mi forma de vivir. Debo seguir aquel sueño que un día se atravesó en mi camino. Necesito empezar mi propia aventura. Pero sobre todo, necesito volar por mí mismo.

Adiós montañas, adiós invierno, adiós amigos, adiós familia. Me despido de este cielo gris. Hasta siempre, Santiago.

Gracias, Manuel.



lunes, 13 de septiembre de 2010

What a surprise!!


Para nadie es un misterio que la industria musical está en crisis. Y tampoco es un enigma que los grandes culpables hayan sido los sellos discográficos, que no han sabido (y claramente ya no lo hicieron) adaptarse a los tiempos: nuevas tecnologías y hábitos de consumo, combinados con precios ridículos, han transformado al glorioso CD en un objeto antiquísimo, casi paleozoico.

Lo que sí ha llamado poderosamente mi atención es la noticia de que nuevos requisitos regirán para la entrega de discos de oro y platino en el enano mercado discográfico chileno. Y muy inferiores a los que estábamos acostumbrados, por supuesto: 5 mil unidades para obtener un disco de oro, y 10 mil para el disco de platino.


WTF?!?!!? Ud. ha leído bien. El shock para un melómano como yo, perteneciente a una generación de adolescentes donde los cassettes y los CD's eran joyitas de colección, y que creció viendo el Top 30 con el Rafa Araneda los sábado en la mañana y "Más Música" con la Angélica Castro en las tardes de domingo, no ha sido menor. Es que basta con recordar algunos numeritos para que me entienda: hace 13 años, los artistas recibían disco de oro con 15 mil unidades, mientras que el disco de platino se otorgaba al vender 25 mil copias. Actualmente, en Argentina se dan dichas certificaciones al alcanzar las 20 mil y 40 mil copias, respectivamente. Y para qué hablar de Estados Unidos: 500 mil copias son necesarias para el oro, y un millón para el disco de platino.

Pero hay una "buena" noticia: fenómenos como La Noche y Américo han hecho que las ventas de artistas nacionales, en vez de bajar, presenten una leve tendencia al alza. ¿Y qué hay con el resto? Cri cri.....

La conclusión es mucho más simple de lo que uno podría pensar: si los sellos quieren retardar en algo un mega desastre (a mi juicio, inevitable), ¡QUE BAJEN LOS PRECIOS! Los impuestos que se aplican hoy no sólo a la música, sino también a los libros, constituyen un verdadero ultraje, alimentando aún más la nueva "dictadura digital" de la que nos nutrimos para acceder a algo de cultura. O piratería, como Ud. quiera llamarla.

Que se pudran los sellos...¡pero que vivan los discos!

viernes, 10 de septiembre de 2010

Los Jaivas: "Mamalluca" (1999)



Cuando hablamos de Los Jaivas los elogios sobran, pues su nombre nos evoca grandeza por sí solo. Sobrevivientes de difíciles episodios de la historia de Chile y de la pérdida de dos de sus integrantes originales (Gabriel Parra el '88 y Gato Alquinta el 2003), se han transformado en un actor fundamental para el desarrollo del rock latinoamericano. Y dentro de su extenso catálogo, existe una joyita nacida de un inspiradísimo Eduardo Parra quien, maravillado con la belleza y misticismo del valle del Elqui, plasmó sus impresiones en poemas que finalmente fueron musicalizados e inmortalizados en un álbum de rock progresivo-andino-sinfónico: "Mamalluca" (1999).

La música de "Mamalluca" fue concebida para ser interpretada por la banda, la Orquesta Sinfónica de Chile y el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile. El primer track, "Alumno", nos deja claro que éste no es cualquier disco de Los Jaivas. Con ritmo de marcha, nos lleva de inmediato a una infancia en Vicuña, en busca de la Maestra Gabriela. Luego viene "Uva Madura", canción plagada de atmósferas y nostalgia. La voz del Gato suena particularmente sobrecogedora, y el trabajo del Coro Sinfónico toma cada vez más protagonismo.

"Chasqui" es una improvisación de 3 minutos entre Los Jaivas y la orquesta. En lo personal, si alguien no me lo hubiese dicho, jamás lo hubiese notado. Aquí es donde aparece por primera vez esa guitarra distorsionada que tanto caracteriza el rock de Los Jaivas. "El tambo" es el tema que mejor podría representar el espíritu del disco: vientos, cuerdas, percusiones y voces se funden en uno solo, mostrándonos la magia del valle. "¿Quién te visita esta noche, chasqui?", pregunta el Gato en "Camino estrellado" que, al igual que el track anterior, pareciera estar dividido en dos partes. "Cerro de la virgen" sí que es una curiosidad: presenta claros tintes de progresivos, pero sazonada con trompetas, voces, charangos y ritmos andinos. Con un quiebre de piano que nos recuerda al magnífico "Alturas de Machu Picchu", la intensidad baja, para volver a acelerar impulsada por la majestuosa guitarra y por la batería de Juanita Parra.




"Gabriela" es una de las partes más íntimas del álbum. Gabriela de los campos bordados. Gabriela de los campos perdidos. Gabriela Universal. A ella le sucede "Interludio", tema completamente instrumental, basado en la misma melodía que da comienzo a "Alumno". Luego, hermosas líneas de piano abren el penúltimo track, "Elqui". Las viñas, papayas, Monte Grande, Pisco Elqui, la Cordillera de Los Andes y los cursos de agua se transforman en un colosal ser vivo que danza bajo un enigmático cielo estrellado. El gran final está cada vez más cerca con "Mamalluca": 15 minutos de Los Jaivas a la vena, y de ahí directo al corazón:


"Noche eterna.

Día efímero incierto.

Fragilidad de la vida.

Consagración de la Tierra.

Mamalluca reza su lejanía profunda."

lunes, 6 de septiembre de 2010

Saiko: "Las Horas" (2004)



La carrera de Saiko es, definitivamente, fuera de lo normal. Partieron al revés de lo que hace la mayoría de las bandas: editando un disco experimental. "Informe Saiko" (1999) fue una colección de 10 canciones marcadas por la personalidad de su vocalista, Denisse Malebrán, quien desde el primer momento se transformó en el rostro de la agrupación y, cómo no, en un símbolo sexual dentro de la escena musical chilena. De este álbum se deprendieron varios éxitos: "La Fábula", "Cuando miro en tus ojos", "Uno tras otros" y "Happy Hour".

Luego vino la consolidación con "Campos finitos" (2001). Bastante más alejados de los sonidos electrónicos, los chicos al fin se deshicieron de las odiosas comparaciones que muchos críticos hicieron con Garbage o bandas similares. En esta segunda placa, se nota de manera más clara la influencia de Malebrán, quien aborda temas más personales en las líricas. De aquí salieron canciones memorables, como "Mi felicidad", "El cielo entre tus manos" y "Limito con el sol", que fue el primer single promocional.

Pero la gran sorpresa estaba por venir. A fines del 2004, sale al mercado el tercer álbum de estudio de Saiko, el que a mi juicio representa la cumbre de su carrera. Con diez temas nuevos, "Las Horas" transita por diversas texturas musicales y temáticas, pasando por la maternidad ("Lo que mereces"), las reconciliaciones ("Otra vez", con la colaboración de Quique Neira) y los derechos humanos ("Las Horas"). Lo más increíble es el resultado del conjunto: la voz de Malebrán se funde a la perfección con los instrumentos de sus compañeros, y las canciones se suceden unas a otras de manera natural, dando a la obra completa una fluidez que pocas agrupaciones logran conseguir.


Con "Las Horas", Saiko aseguró un sitial entre los grandes del pop/rock nacional. Mención honrosa merece la frenética gira de promoción que realizaron, durante la cual hasta se dieron el lujo de grabar su primer DVD ("Blondie 2005"). Hasta que vino la tragedia: el accidente ocurrido en diciembre del 2005 y la muerte del sonidista de la banda, la grabación de un disco que nunca vio la luz ("No ficción") y los problemas internos. Con la salida de Malebrán, en abril de 2007, la banda cerró un ciclo.

Denisse y Saiko nunca volvieron a ser tan buenos como cuando eran uno. Afortunadamente, ahí están las viejas canciones para hacernos regresar a épocas mejores. A ésas en que "la rockera más rica de Chile" tuvo el mundo a sus pies.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Vamos por ancho camino



"Somos cinco mil
en esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil
¿Cuántos seremos en total
en las ciudades y en todo el país?
Solo aquí
diez mil manos siembran
y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!"

Los versos anteriores corresponden al último poema escrito por un hombre que se transformó en leyenda. Después de su trágica muerte y de la condena absoluta de su legado artístico a morir en el más terrible abandono, es la gente, el pueblo de Chile, la que se ha encargado de pintar su rostro en murales, imprimir cancioneros, rendirle tributos y mantenerlo en la memoria colectiva.

¿Quién lo diría? Víctor Jara vive. Y se ha vuelto inmortal.

Actor, director y músico, Jara fue un artista infatigable, y sin duda es uno de los mejores ejemplos de cómo el talento y el trabajo duro se pueden imponer a la adversidad. Sí, eso que todos conocen como meritocracia. Nacido y criado en Lonquén, Víctor tuvo una infancia dura, marcada por el abandono de su padre, Manuel, y por el amor de su madre, Amanda. Su primer acercamiento a la música fue gracias a ésta última, que oficiaba de cantora en bautizos y eventos sociales.

A la muerte de Amanda, le siguieron su paso por el Seminario, el servicio militar, su trabajo en el coro de la Universidad de Chile (donde conoció a Joan Turner) y sus estudios de teatro en la misma casa de estudios. Víctor no tenía hogar, por lo que dormía en los camarines del Teatro. Poco a poco, se abrió paso en el mundo del arte, ejerciendo además como director de teatro y participando en el grupo folclórico Cuncumén, con quienes viajó por Europa, componiendo sus primeras canciones.

Luego vendrían su periodo como director artístico de Quilapayún (1966-1969) y su carrera de cantautor, liderando el movimiento de la Nueva Canción Chilena. Nada parecía detener a Víctor... hasta que 44 balas silenciaron su voz. Pero sólo de forma momentánea, porque su espíritu está más vivo que nunca.

"El odio quedo atrás
no vuelvas nunca,
sigue hacia el mar
tu canto es río, sol y viento
pajaro que anuncia la paz"


martes, 31 de agosto de 2010

¿Ley supersónica?



Hoy, martes 31 de agosto de 2010, la Cámara de Diputados ha aprobado un proyecto de ley que obliga a las emisoras de radio a programar al menos un 20 % de música chilena.

Sí, Ud. ha leído bien: OBLIGA.

¿Acaso no existe música chilena que sea lo suficientemente buena para imponerse en las radios por su calidad? ¿Qué pasa con artistas como Congreso, Los Jaivas, Fulano, Claudia Acuña, Los Bunkers y El Cruce, entre otros? ¿Su música carece de potencial radial? Si Violeta Parra o Víctor Jara estuviesen vivos... ¿apoyarían una ley cuya palabra clave es obligar?

Una cosa es buscar incentivar a la gente a consumir más el arte que nace en nuestra tierra. Pero hay algo muy cierto: no se puede imponer a nadie el amor hacia nuestro folclor. No se puede creer que la gente es tan tonta como para no poder escoger qué música quiere escuchar. No se puede ni debe intervenir la línea editorial de radios que se la juegan por una apuesta sonora que no necesariamente esté ligada a la música chilena. No se puede permitir que gente mediocre gane una vitrina sólo por ser chilena.

Pero lo más importante: no se puede obligar.

Que viva la música chilena....pero que viva en libertad.

El enigma de Lateralus


Hace tiempo que Tool me tenía hipnotizado. Y con un disco conceptual de los buenos. Desde que apareció "Lateralus" (2001) con una carta de presentación tan perfecta como Schism, los críticos se rindieron a sus pies, y una enorme legión de melómanos quedó embrujado por el poder sónico desplegado por una banda que, como pocas, ha irrumpido en el mainstream regalándonos discos que rayan en lo mitológico.

Hasta que vi este video...y todo cambió. Por fin entendí todo...

La magia de Tool.... no tiene fin. No conoce los límites. Se expande por tus oídos, por tu cerebro, por el Universo, como un espiral.

6,7,5,8,4,9,3,10,2,11,1,12,13...... sigue el espiral.